La consultoría y las inteligencias artificiales
Viendo que últimamente las Inteligencias Artificiales (IA) están copando los titulares de muchas noticias y que estas herramientas puede resultar disruptivas en la forma en la que nos relacionamos con internet, hemos querido saber la opinión de una de ellas sobre si el futuro de la consultoría están comprometido cuando se produzca su irrupción definitiva. Esta es la elegante respuesta que nos ha dado a la siguiente pregunta: «¿La inteligencia artificial quitará trabajo a los consultores de empresa?»:
«Es posible que la inteligencia artificial (IA) tenga un impacto en el trabajo de los consultores de empresa en el futuro, pero esto no necesariamente significa que la IA los eliminará por completo.
Por un lado, la IA puede automatizar algunas tareas que antes eran realizadas por consultores, como la recopilación y análisis de datos. Esto puede llevar a una reducción en la demanda de consultores que realizan estas tareas específicas.
Sin embargo, los consultores también ofrecen habilidades y conocimientos que actualmente no pueden ser completamente replicados por la IA, como la empatía, la capacidad de comprender la dinámica humana en el lugar de trabajo y la capacidad de adaptarse a situaciones únicas. Estas habilidades son especialmente importantes en proyectos que involucran una gran cantidad de interacciones humanas, como la gestión del cambio o la implementación de nuevas estrategias.
Además, la IA puede ayudar a los consultores a realizar su trabajo de manera más eficiente y efectiva, permitiéndoles centrarse en tareas que requieren habilidades humanas específicas.
En resumen, es posible que la IA tenga un impacto en el trabajo de los consultores de empresa, pero es probable que los consultores sigan siendo importantes y valiosos para las empresas en el futuro debido a su habilidad de adaptarse a situaciones únicas y su capacidad de entender y trabajar con personas.»
Vista esta respuesta, me quedo más tranquilo, aunque creo que hay que hacerle caso a su invitación a subirse a «su carro» para no quedarse fuera de juego.